No nos fijamos porque siempre han estado ahí y nos acostumbrarnos a no verlas.
Hablo de esas caras cuyos ojos nos siguen desde las alturas, día a día, en nuestro deambular
por la ciudad.
Muchos edificios integran en sus fachadas -generalmente como elemento ornamental- caras, bustos, cabezas de piedra. Desde angelitos a damiselas pasando por "señores con bigote" sin olvidar componentes fantásticos o mitológicos y aunque se encuentran en nuestras rutas cotidianas somos muchos los que nunca hemos reparado en ello.
Yo me estoy ocupando de buscarlas y hacerles una foto y es asombroso cuantas hay.
Hablo de esas caras cuyos ojos nos siguen desde las alturas, día a día, en nuestro deambular
por la ciudad.
Muchos edificios integran en sus fachadas -generalmente como elemento ornamental- caras, bustos, cabezas de piedra. Desde angelitos a damiselas pasando por "señores con bigote" sin olvidar componentes fantásticos o mitológicos y aunque se encuentran en nuestras rutas cotidianas somos muchos los que nunca hemos reparado en ello.
Yo me estoy ocupando de buscarlas y hacerles una foto y es asombroso cuantas hay.
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