Como prometí, una crónica del combate.
Como toda batalla que se precie, todo empieza por la concentración de "tropas" y las últimas arengas.
El jefe del bando de Canavall anima a los suyos y da las últimas instrucciones. Instrucciones precisas e imprescindibles que no se van a seguir en absoluto, están mas ocupados disparándose entre ellos mismos que de hacer caso a nadie.
Los tambores redoblan llamando a realizar grandes gestas, pero el ritmo de batucada tiende mas al baile que a una lucha sin cuartel, porque como dijo el sabio: "Que nos quiten lo bailao"
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