Otra noche de pólvora y carreras. Hubo suerte porque hasta el último momento no era seguro que pudiese celebrarse. Después de una víspera lluviosa, el día empezó con nubes negras, pero por la tarde desaparecieron y dejaron una noche despejada y fría que no impidió que a los 5 minutos todos estáramos sudando tras unas cuantas carreras escapando de las chispas.
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