Llevaba tiempo queriendo hacerlo pero nunca se daban las condiciones adecuadas. O no había rayos o no estaban a tiro.
Por eso ayer noche en cuanto se desató la tormenta (a la 2:30 de la madrugada) yo me levanté justo como el rayo, encendía la cámara y me dispuse a esperar lo mejor, vamos, a tener suerte. No estuvo mal, parece que algunos de esos rayos querían incluso posar para mí.
No está mal para un primer intento y además en calzoncillos.
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