Con estos tres relojes dejamos la zona antigua de la ciudad para adentrarnos en otros territorios.
El primero es el de la basílca de San Francisco, un edificio barroco imponente con una fachada bastante simple pero enorme que se empezó a construir en 1281.
El reloj no es nada espectacular pero es bastante grande aunque queda empequeñecido por el rosetón.
El segundo es muy llamativo. Está en la calle de la Portella, 8 en un singular edificio de estilo neogótico conocido como Can España-Serra.
De nuevo su inscripción latina no puede evitar ser amenazante: "Ultima Multis", la última para muchos. Vamos que cada hora es la última para alguien. Alegría.
Y finalmente un modesto pero bonito reloj en la fachada que da al mar de la casa Gordiola, (en el denominado paseo Dalt Murada) una antigua y pequeña fábrica de vidrio muy importante aún en Mallorca aunque ubicada ahora en otro emplazamiento.
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